Al respecto existen 3 ideas principales:
- Se dice que la bisexualidad no existe, que es una fase de confusión, que los hombres bisexuales siempre son homosexuales, porque en ultimas terminando con otros hombres, las mujeres bisexuales siempre terminan estando con hombres.
- Son un grupo exótico y promiscuo, y el hecho de que les gusten las mujeres y los hombres aumentan las posibilidades de actividad sexual, incapaces de ser fieles.
- la bisexualidad es una excusa para no pasar por el “martirio” de salir del clóset. Evadiendo las consecuencias culturales y sociales que lastimosamente ello conlleva.
Analizar la bisexualidad es interesante (entre otras cosas) por la forma en que las reglas de la heteronormatividad se reproducen no sólo por parte de las personas heterosexuales (como podríamos pensar), Independientemente de si eres heterosexual u homosexual, las y los bisexuales representan una amenaza, desde la estabilidad emocional hasta la seguridad en temas de salud sexual. Esta cuestión es importante para el análisis del movimiento LGBT. El problema de dejar de considerar las nociones en las que se basa una lucha, es que un movimiento que pretende diversificar termine, precisamente, excluyendo.
Quizá la dificultad para aceptar la bisexualidad sea el hecho de que los grises nos aterran, las categorías deberían ser formas para explicar ciertas cosas, sin que eso signifique que deben funcionar como categorías normativas.
Es importante que el interés por la diversidad sexual realmente sea lo que mueva al movimiento LGBT. Para esto, uno de los pasos que es necesario dar, aunque no el único, es visibilizar la bisexualidad. Visibilizarla como una orientación posible y válida más allá de los estereotipos que existen y de la reproducción de la heteronormatividad dentro del propio movimiento LGBT.
Por: Nora E. Picasso Uvalle
