Es la forma de demostrar el género, generalmente ligado a la sexualidad (basado en los roles de género tradicionales) a través de las formas de actuar, vestir, comportarse e interactuar ya sea esto intencional o no intencional, varía día a día y cambia con la edad y los gustos de cada uno y con la sociedad y cultura de cada país y tiene la mayor influencia en las interacciones con otros, lo que en muchos casos lleva a expresar género en formas no tradicionales. Estos rasgos representan los extremos de un continuo; los individuos tienen niveles variados de cada rasgo y se ubican en diferentes puntos de la línea: a nivel general, los machos hombres tienden a ubicarse en el extremo masculino de este continuo, y las hembras mujeres en el extremo femenino. Basados en esta generalización, no siempre esto tiende a coincidir, actualmente se describe una ambigua y forma mixta de expresar el género llamada “andrógino” aunque hay un amplio espectro al igual que la identidad de género según la escala en la cual sea expresado cada uno. La expresión de género se interpreta por otros por el género basados en los roles tradicionales (por ejemplo, los hombres usan pantalones, las mujeres usan vestidos). Existen diferentes etiquetas que no encajan porque generalmente se hacen de una forma despectiva y no transmiten lo que se quiere expresar, como “afeminado”, “marimacho” o también “metrosexual”, siendo un lenguaje común es fácil de cambiar dependiendo del lugar y la cultura en que viva cada uno.
Al Tratar de encajar en esta heteronormatividad social, y gracias a las críticas y señalamientos sociales, o por trata de pasar como por una expresión de género “cisgenero” las personas pueden sentir ansiedad y depresión por no poder expresar lo que realmente son, se sienten marginadas, originando suicidios o daños corporales.
